Vall d’Hebron recibe la visita y el agradecimiento de una de las víctimas del atentado 17-A

Se llama Karlijn, es holandesa, tiene 16 años y es feliz. Más de un año después del atentado de las Ramblas, del cual fue víctima junto a su amiga Anne y sus padres, Karlijn y su familia han visitado Vall d’Hebron para reencontrarse con todos los profesionales que la atendieron en esos difíciles momentos.

22/10/2018

Lo que en principio iba a ser una pequeña visita se ha convertido en un acto lleno de emoción en el que representantes del Servicio de Emergencias Médicas, de Urgencias de Pediatría, de quirófano de trauma, de la UCI pediátrica, de la planta de hospitalización de cirugía pediátrica, psiquiatras y trabajadores sociales, acompañados por el gerente del hospital, han rememorado cómo atendieron a Karlijn y han expresado su felicidad al verla recuperada.

Acompañados del cónsul de Holanda, Dirk Kremer, Karlijn y su familia se han mostrado muy agradecidos por todo lo que Vall d’Hebron hizo por ellos en aquellos días y por querer estar presentes ahora para recordarlo. Han abrazado a quienes fueron sus cuidadores e incluso han visitado la habitación en la que estuvo ingresada. Una vez más, ha quedado claro que Karlijn será siempre una parte de Vall d’Hebron y Vall d’Hebron estará en su vida para siempre, como muestra el regalo que ella misma ha hecho y repartido a todos los profesionales asistentes.

Las sensaciones de Karlijn y su familia se resumen en este emocionante escrito que ha sido leído por el cónsul:

 

El día 17 de agosto de 2017, mi vida y la vida de muchas otras personas cambiaron definitivamente. Fui víctima del atentado que tuvo lugar en las Ramblas de Barcelona. Aquella semana, estaba de vacaciones con mi amiga Anne y sus padres en los alrededores de Barcelona. Aquel jueves salimos de nuestro hotel por la mañana para pasar todo el día en Barcelona. Tenía muchas ganas de venir a la ciudad. Por la mañana, visitamos, entre otras cosas, la Sagrada Familia y tomamos algo en una terraza.  Ese día hacía muy buen tiempo y por la tarde teníamos planeado visitar la tienda Calvin Klein. Algo que también me hacía mucha ilusión. De camino hacia la tienda paseábamos, como muchos otros turistas, por las Ramblas. Y allí, ocurrió algo realmente impensable.

De todo lo que pasó aquel día apenas recuerdo nada. A causa del golpe, me quedé inconsciente y gran parte de ese día se borró de mi memoria por completo. Entendí, por mi amiga Anne, que hubo una furgoneta que chocaba contra las personas con el fin de causar el mayor número posible de víctimas. La furgoneta me golpeó también a mí. Y, a continuación, hizo marcha atrás y me atropelló las piernas. Afortunadamente, no recuerdo absolutamente nada de este momento. También me contaron que el padre de mi amiga me protegió para evitar más daños… que, por suerte, no ocurrieron. El padre de Anne también fue golpeado por la furgoneta y también la madre de mi amiga quedó herida y tendida en el suelo. Pero, tal y como os decía antes, no recuerdo nada de todo esto. Empecé a acordarme de cosas a partir del momento en que ya estaba en planta en el Hospital Vall d'Hebron.

Después de haber llegado al hospital, me operaron de varias fracturas en las dos piernas. Me dieron muchos analgésicos para aliviar el dolor. Mi madre Anet y mi tío Erik me explicaron todo lo que me había ocurrido. Mi madre me explicó que los cirujanos realizaron un trabajo muy bueno y que había una gran posibilidad de poder recuperarme completamente. También me comentaron que tanto los médicos como el personal de enfermería, eran muy profesionales, muy agradables y sobre todo muy humanos.

Por eso, me gustaría expresar mi sincero agradecimiento a todas las personas que me atendieron en urgencias y en la UCI por su excelente trabajo en esas primeras horas y los primeros días. Su trabajo y esfuerzo han contribuido a mi situación y a mi estado de salud actual, y que, como se pronostica, me podré recuperar por completo.

Después de un par de días, me trasladaron desde la UCI a la planta de hospitalización.  Entonces es cuando empecé a acordarme de algunas cosas. Me acuerdo, por ejemplo, de las enfermeras: eran muy simpáticas, siempre alegres e intentaban hablar conmigo. Ellas en castellano y yo un poquito en inglés. Era muy divertido y nos reíamos mucho. Con la ayuda de un móvil y Google Translate buscábamos las palabras para poder comunicarnos. También recuerdo muy bien los típicos sonidos procedentes de los aparatos médicos. Muchísimas veces apretaba el botón para pedir ayuda y decía ´alarm´ y en seguida venía alguien para atenderme. Me molestaba mucho el talón. Los médicos decidieron cambiarme la férula lo que fue una solución perfecta.

¡Quiero expresar también mi agradecimiento a todo el personal de enfermería de la planta por haberme ayudado y cuidado tan, tan bien!  Los enfermeros y enfermeras siempre estaban alegres, parecía que nunca tenían un mal día, tampoco cuando los llamaba con mucha frecuencia. Y los médicos me tranquilizaron mucho, explicándome que todo volvería a ser como antes.

También me gustaría agradecer enormemente a los técnicos sanitarios de la ambulancia que me recogieron del lugar del atentado de las Ramblas. Me quedé muy impresionada cuando, unos días después, me visitaron en la planta de hospitalización: muchísimas gracias por esto.

Después de una semana me dieron el alta. Aunque me cuidaron súper bien en el hospital, me alegré mucho de poder irme a casa.

En ese momento, después de más de un año de lo ocurrido, ya me han pasado muchas cosas. Tras mi llegada a Amberes, me trasladaron en ambulancia al hospital de la ciudad holandesa de Zwolle. Allí les di todos informes médicos redactados por vosotros. El personal del hospital en Holanda estaba muy agradecido con todas las explicaciones en inglés. Muchas gracias por esto.

Por suerte no cogí ninguna bacteria de hospital y por ello me pudieron operar de nuevo el día 28 de agosto: me quitaron los estribos exteriores y los reemplazaron por barras interiores. También me operaron la rótula que estaba fracturada en dos. Sobre todo, esa rótula fracturada me daba muchas molestias.

El día 6 de septiembre me trasladaron a un centro de rehabilitación donde estuve las 24 horas del día. Durante tres semanas entrenaba durante el día y por la noche dormía en el centro. Fue muy duro. Me tuve que superar a mí misma para poder aprenderlo todo de nuevo: caminar, correr, doblar y estirar las piernas, nadar. Después de estas tres semanas pude irme a casa. Tuve que volver regularmente un par de veces por semana al centro de rehabilitación para poder seguir trabajando en mi recuperación hasta diciembre del año pasado. Pero todo con buenos resultados. Paso a paso, empecé a encontrarme mejor.

Desde enero de este año continúo con la rehabilitación con un fisioterapeuta en el municipio donde resido, por lo que sigo trabajando en mi recuperación un par de días por semana. Y cada vez me encuentro un poquito mejor.

Hace un par de meses tuve un momento de debilidad y desmotivación. El tornillo en mi pierna empezó a provocarme molestias lo que me dificultó seguir entrenando al mismo ritmo. Pero al final me informaron que me podían volver a operar el pasado día 10 de septiembre. Me quitaron todas las barras y el hierro. La recuperación fue de nuevo muy dolorosa y muy dura, pero al final he conseguido estar aquí hoy, en Barcelona.

El año pasado, después de las vacaciones de verano, había planeado empezar a estudiar para ser auxiliar de clínica dental. Y, a pesar de que la posibilidad de acabar el primer año de estudio era muy pequeña, empecé a estudiar tan pronto como me fue posible, durante el período de mi recuperación. He estudiado muchísimo y a pesar de no poder estar en las clases prácticas durante los primeros meses, he podido finalizar este primer año de estudio con éxito. En este momento, estoy cursando el segundo año y todo va bien.

Miro al futuro de forma muy positiva. Esto se debe a todas las personas que, después del atentado, me cuidaron tan bien y de una manera tan especial. Prefiero dejar de pensar todo el rato en los terroristas.

A lo mejor me he olvidado de mencionar alguna persona más que nos cuidó también, a mí, a mi amiga Anne, a mi madre o a mi tío durante mi estancia en el hospital. ¡Por ello, os quiero agradecer de nuevo todo lo que habéis hecho!    

Como medio de agradecimiento, he traído unos pequeños detalles. Aunque no parece mucho, para mí tiene un significado muy especial ya que es un modo de poder daros las gracias a todos.

Muchas gracias.

Karlijn

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