La Dra. Elena Carreras recibe la Medalla de Honor 2023 del Ayuntamiento de Barcelona por introducir la perspectiva de género en medicina

Barcelona reconoce a la jefa de Obstetricia y Ginecología de Vall d'Hebron, y del grupo de Medicina Materna y Fetal del VHIR, por su trayectoria profesional dedicada a cuidar de la salud de las mujeres con perspectiva de género

01/12/2023

En un patio del Eixample, hay unos jardines que llevan el nombre de Elena Maseras. Fue la primera mujer universitaria del Estado. Ingresó a la Facultad de Medicina en Barcelona en 1872. En ese momento, no existía ninguna ley que prohibiera a las mujeres estudiar, porque nadie había pensado que podían hacer algo diferente a ser madres y esposas. No fue fácil. No le dieron permiso para hacer el examen de licenciatura hasta 1882, el mismo año en que un real decreto, en ese momento sí, prohibió a las universidades admitir más mujeres. Maseras terminaría cambiando la medicina por la enseñanza cansada de la burocracia que le exigían para ejercer.

Cien años después, otra Elena, la Dra. Elena Carreras, comenzaba una carrera como médica en el Hospital Universitari Vall d'Hebron que cambiaría el servicio de Obstetricia y Ginecología aportando una perspectiva de género. Para poner a la mujer en el centro de los cuidados, humanizar la asistencia sanitaria e introducir la mirada de género en la medicina, el Ayuntamiento de Barcelona le entregó ayer la Medalla de Honor 2023, un galardón que también recibieron Julia Otero y Marina Subirats, en una edición con enfoque femenino. En un acto en el Saló de Cent, el alcalde de Barcelona, Jaume Collboni, repartió los premios que fueron creados en 1997 para distinguir a personas o entidades que contribuyen a desarrollar la conciencia ciudadana y las virtudes de los valores cívicos con su experiencia profesional o social.

"Recibo este reconocimiento con mucha alegría", admite la Dra. Elena Carreras con los ojos sonrientes. "Somos muchas las que hemos trabajado para introducir una mirada de género en la medicina. Hemos hecho mucho trabajo de escuchar y conocer los cuerpos de las mujeres, tradicionalmente infradiagnosticados, porque las enfermedades se han estudiado con un patrón masculino. Y tenemos más desafíos, como trabajar la inclusión de la perspectiva de género en las evaluaciones de la salud de las mujeres en la atención primaria. Por ejemplo, debemos tener en cuenta las posibles patologías que han sufrido durante el embarazo, porque haber tenido preeclampsia o diabetes gestacional puede aumentar el riesgo de sufrir un accidente cardiovascular", explica.

Un equipo cohesionado que no deja de reinventarse

La Dra. Elena Carreras, que hoy es jefa del Servicio de Obstetricia y Ginecología, y del grupo de Medicina Materna y Fetal del Vall d'Hebron Instituto de Investigación (VHIR), dice que En representación del equipo de Obstetricia y Ginecología, Vanessa Bueno, supervisora de Sala de Partos del Hospital de la Mujer, y la Dra. Sílvia Arévalo, jefa de la Unidad de Medicina Fetal y Cirugía Fetal, acompañaron al Saló de Cent del Ayuntamiento de Barcelona a la Dra. Elena Carreras. También asistió Ana Martí, coordinadora de Atención y Participación Ciudadana del Hospital Universitari Vall d’Hebron. Y en representación del Gobierno estaba Mònica Morros, responsable de Relaciones Institucionales del departamento de Igualdad y Feminismos. Ramon Escuriet, responsable de Salud Sexual y Reproductiva de CatSalut y de la consejería de Salud, excusó su ausencia a última hora. También la acompañaba su familia. Fundamental. "He podido ser madre, criar a mis hijos y continuar con mi carrera porque mi esposo y mi familia siempre han estado a mi lado", reconoce. La Dra. Elena Carreras explica que su hija estudia Medicina, ya está en el segundo curso de Reumatología. Y se le entrecortan los ojos cuando rememora el día que le dijo que estudiaría Medicina: "Lo recuerdo perfectamente. Entrando al ascensor me dijo 'Mamá, quiero estudiar Medicina'. El dedo me temblaba cuando quise apretar el botón del ascensor, es muy emocionante que un hijo quiera hacer lo mismo que tú", reflexiona en voz alta.

Antes de continuar explicando los avances que ha vivido en el ámbito médico, la Dra. Elena Carreras quiere dejar un mensaje para las chicas que comienzan una carrera profesional: "No os preocupéis pensando que sois malas madres y que deberíais dedicar más tiempo a los hijos. Porque los hijos también valoran a sus madres por su profesión y por el espacio público que ocupan. Confiad más en vosotras y fuera culpa".

La revolución amable

La Dra. Elena Carreras emociona cuando rememora sus años cuidando de las mujeres. "No ha sido fácil", admite. Cuando llegó al Hospital Universitari Vall d'Hebron se encontró con un servicio con una cultura muy patriarcal en la que el médico, porque la mayoría eran hombres, decía qué se debía hacer y la paciente obedecía. "Eso ha cambiado", explica contenta. "Hemos aprendido mucho de escuchar a las mujeres", admite. "En una consulta es más fácil decirle al paciente qué debe hacer que dar explicaciones, pero después de escuchar a muchas mujeres y buscar espacios donde profesionales y pacientes intercambiamos puntos de vista, ahora la mujer y la familia son el centro de los cuidados", dice. "Escuchamos cuáles son sus preferencias, estudiamos opciones médicas y terminamos buscando cuál es la mejor opción para la paciente y la familia", sigue. Así es como han nacido proyectos como la cesárea pro vínculo, el acompañamiento de familiares al quirófano o el plan de parto personalizado, razón por la cual en una sala de partos puede sonar Rosalía o Freddie Mercury.

Y ahora sí, en la parte más técnica destaca cuatro hitos. El primero es el programa de cribado en el embarazo. Individualizar el riesgo empodera a las mujeres, porque les da la capacidad de decidir. El segundo hito es el cribado de la preeclampsia, una patología asociada a la mayor causa de mortalidad materna. También la introducción del pesario para la prevención del parto prematuro, un anillo de silicona que vale 40 euros y que hemos liderado desde Vall d'Hebron. Y, finalmente, los avances en la intervención quirúrgica de la espina bífida y otras patologías. Hace 25 años, perdíamos bebés por complicaciones en el embarazo. Pero con la cirugía prenatal a través del útero materno eso cambió.

En el futuro tiene pendiente curar la espina bífida. "Estamos empezando a hacer investigación con células madre", avanza. El otro hito que se había propuesto ya lo ha conseguido: tener un equipo puntero que continúe con su trabajo cuando se jubile.

De su liderazgo muchos lo llaman 'femenino'. Ella lo define como un liderazgo de empatía, escuchar y aprender. Un liderazgo con amor, que todo el equipo de Vall d'Hebron ha hecho suyo.

Una de las cosas que más ilusión hace es empezar a recibir felicitaciones nacionales e internacionales por mi equipo. Yo he disfrutado durante muchos años el agradecimiento de los pacientes, como doctora, que es lo que nos da fuerza para seguir. Pero ahora veo que el reconocimiento del equipo es más satisfactorio que el personal"

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