La importancia de la prevención del delírium en el actual contexto de pandemia

Un delírium es un cambio rápido en la función cerebral, que afecta principalmente la capacidad de centrar la atención. Puede fluctuar a lo largo del día con periodos de lucidez seguidos de un aumento de la confusión y afecta a uno de cada cuatro pacientes hospitalizados, sobre todo personas mayores y con deterioro cognitivo previo. Las principales causas de delírium son las enfermedades agudas como infecciones o deshidratación, las intervenciones quirúrgicas, la fractura de cadera y varios medicamentos. “Hay evidencias científicas sólidas que demuestran que las medidas preventivas son eficaces en la reducción de su incidencia”, explica el Dr. Antonio San José, jefe de la Sección de Medicina Interna - Geriatría de Vall d’Hebron  y coordinador de la Unidad de Hospitalización al paciente agudo frágil Vall  d’Hebron-San Rafael.

El delírium está infradiagnosticado y se debe concienciar de su importancia por las secuelas que provoca. A pesar de que el delírium puede ser reversible, pone en peligro el tratamiento por la enfermedad que lo ha desencadenado y los pacientes pueden sufrir secuelas graves, tanto funcionales como cognitivas, de las cuales no vuelven a recuperarse al cien por cien. Como factores principales para sufrir delírium se encuentran la edad avanzada, las patologías cognitivas previas y haber tenido antecedentes de delírium. “En materia de prevención”, continúa el Dr. Antonio San José, “hay que aplicar medidas como la disminución de los estímulos sensoriales innecesarios, favorecer el descanso nocturno y mantener al paciente activo durante el día tanto física como mentalmente. Además, es importante estar atento en todo momento a los síntomas que hagan sospechar de un diagnóstico de delírium e identificar bien las causas subyacentes”.

En el actual escenario motivado por la pandemia de la COVID-19, se ha incrementado el riesgo de delírium en los pacientes hospitalizados, a causa de las medidas de aislamiento y separación de sus familiares. En este sentido, el personal de enfermería es clave para detectar cualquier cambio en el estado mental de unos pacientes que están solos, sin familiares ni acompañantes, a causa de las restricciones de acceso. “Además, los pacientes con COVID-19 que experimentan delírium en su estancia hospitalaria presentan un peor pronóstico funcional, cognitivo y de supervivencia”, comenta el Dr. San José. En el actual contexto, donde los pacientes se encuentran más solos, se deben promover actuaciones para disminuir este impacto, como por ejemplo el reciente proyecto de Vall d’Hebron de Bienestar del Paciente con las pantallas de canal 0 de las televisiones del hospital. Esta iniciativa ayuda a prevenir aspectos como el deterioro funcional agudo, el delírium, preservar la funcionalidad y ayudar al bienestar psicoemocional. Este último punto, donde se incluyen síntomas como la angustia, la depresión y la sensación de soledad, se vuelve muy importante en el actual contexto de pandemia, puesto que se han reducido las visitas presenciales de familiares y entorno. Así, pues, Vall d’Hebron está comprometido con la jornada de concienciación del Día Mundial del Delírium y con el modelo de Hospital Acogedor con las Personas Mayores.